EL HOMBRECILLO DE PAPEL
“Era una mañana de primavera
y una niña jugaba en su cuarto. Jugó con un tren, con una pelota, y con un
rompecabezas. Pero pronto se aburría de todo. Luego empezó a jugar con un
periódico. Primero hizo un sombrero de papel y se lo puso en la cabeza. Después
hizo un barco y lo puso en la pecera. La niña se cansó también de jugar con el
sombrero y el barco. Entonces hizo un hombrecillo de papel con un periódico. Y
estuvo toda la mañana jugando con él.
Por la tarde, la niña bajó al parque para jugar con sus amigos. Iba
con ella el hombrecillo de papel. Al hombrecillo de papel
le gustaba el juego de los niños. Y los niños estaban muy contentos
con aquel amigo tan raro que tenían. Por fin todos se sentaron a descansar. El
hombrecillo de papel de periódico era muy feliz y quería que los niños
estuviesen contentos. Por eso, empezó a contarles las historias que sabía. Pero
sus historias eran historias de guerra, de catástrofes, de miserias...
Y los niños, al oír aquellas historias, se quedaron muy tristes.
Algunos se echaron a llorar. Entonces el hombrecillo de papel pensó: Lo que yo
sé no es bueno porque hace llorar a los niños. Y echó a andar solo por las
calles. Iba muy triste porque no sabía hacer reír a los niños. De pronto vio
una lavandería. El muñeco de papel dio un salto de alegría y con paso decidido
entró. Aquí podrán borrarse todas las cosas que llevo escritas. Todo lo que
hace llorar a los niños.
Al salirse, nadie lo habría reconocido. Blanco como la
nieve. Planchado y almidonado como un niño de primera comunión. Dando alegres
saltos se fue hacia el parque. Los niños lo rodearon muy contentos y jugaron al
corro a su alrededor. El hombrecillo de papel sonreía satisfecho. Pero, cuando
quiso hablar, de su boca no salía ni una palabra. Se sintió vacío por dentro y
por fuera. Y muy triste, volvió a marcharse.
Caminó por todas las calles de la ciudad... y salió al
campo. Y entonces, de pronto, se sintió feliz. Y su corazón de papel daba
saltos en el pecho. Y el hombrecillo sonreía, pensando que tenía un pájaro
guardado en su bolsillo. Y comenzó a empaparse de todos los colores que veía en
el campo. Del rojo, amarillo y rosa de las flores; del verde tibio de la
hierba, del azul del agua y del cielo y del aire... Luego se fue llenando de
palabras nuevas y hermosas. Y cuando estuvo lleno de color y de palabras nuevas
y hermosas, volvió junto a los niños.
Mientras descansaban de sus juegos y de sus risas, comenzó a
hablarles. Les habló de todas las personas que trabajaban para los demás; para
que la vida fuera mejor, más justa, más libre y más hermosa. Y sobre el parque
y sobre los ojos de los niños cayeron estas palabras frescas como la lluvia. La
voz del hombrecillo de papel se hizo muy suave cuando les habló de las flores.
Y de los pájaros del aire... y de los peces del río y del mar... Los rostros de
los niños y del hombrecillo de periódico se llenaron de sonrisas. Y cantaron y
bailaron cogidos de las manos.
Y todos los días a partir de aquella tarde, el hombrecillo de papel
hacía llover sobre la ciudad todo un mundo de color y de alegría”.
F. Alonso, El
hombrecillo de papel.
He vuelto a elegir este libro como en la otra actividad, porque me parece
interesante trabajar con él en segundo de primaria puesto que los niños tienen
mucha imaginación y considero que tendría un buen desarrollo las actividades
planteadas.
1ª
actividad
En primer lugar, les enseñare la portada a los niños y leeré el título. A continuación,
sin yo darles más información, cada uno dirá una palabra, una sola palabra que
le sugiera lo que ha visto u oído. A partir de las palabras que han dicho todos
los niños, les repartiré periódicos y revistas. Con estas les diré que creen un
hombrecillo de papel, según ellos crean que será en la historia.
Estos hombrecillos los colocaremos por la clase hasta que acabemos de leer
el libro.
2ª
actividad
Mientras lo
leemos, en clase iré preguntando alguna cosa sobre el texto, intentare
preguntar tantas cuestiones como niños hay en la clase. De esta forma todos
tendrán la oportunidad de contestar a una.
Estas preguntas las formularé en alto y los niños irán levantando la
mano para responder, en caso de que la conteste mal podrá ser ayudado por unos
de sus compañeros.
Lo leeremos en
clase, siempre lectura silenciosa y les formularé preguntas sobre lo leído. EL
libro lo leeremos en 4 partes, tal y como lo he separado por colores arriba.
1ª parte:
- ¿quién estaba
jugando una niña o un niño?
- ¿Dónde estaba jugando
la niña?
- ¿Se divertía
con el tren, la pelota y el rompecabezas?
- ¿Con qué se
divertía finalmente?
- ¿Estuvo jugando
con el muñeco toda la mañana o toda la tarde?
- ¿Qué más hizo
con el periódico a parte del hombrecillo?
2ª parte:
- ¿Cuándo bajo al
parque?
- ¿Quién bajó con
la niña?
- ¿De que
materias estaba hecho?
- ¿Sobre qué iban
las historias?
- ¿Cuál fue la
reacción de los niños?
- ¿Dónde fue el
hombrecillo de papal para tratar de solucionar su problema?
3ª parte:
- ¿Cómo salió de
la lavandería?
- ¿Qué ocurrió
cuando quiso hablar el hombrecillo de papel?
- ¿Cómo se siente
cuando sale al campo?
- ¿Cuándo volvió
junto los niños?
4ª parte:
- ¿De qué les
habló el hombrecillo de papal finalmente?
- ¿Cómo era la
voz dl hombrecillo de papal mientras hablaba de las flores?
- ¿Qué hicieron
los niños y el hombrecillo de papal cogidos de la mano?
En otras
ocasiones les hare la misma pregunta a todos:
- ¿A que jugarías
con el hombrecillo de papel si fuera al recreo de tu cole?
- Dibuja al
hombrecillo de papel comiendo, durmiendo y jugando.
- Tras leer que
El hombrecillo de papel tenía malas noticias escritas: ¿Qué noticias crees que puede
tener escritas?
3ª actividad
Tras finalizar de
leer el cuento los niños han de escribir lo que les gustaría decirle al
protagonista del libro (El hombrecillo de papel). Esto lo escribirán en una
cara del trozo de hoja en blanco, con la forma que ellos den al hombrecillo de
papel. En la otra cara del hombrecillo de papel les diré que se inventen otro
final distinto.
Mejor, pero solo has hecho actividades de comprensión denotativa, es decir, sobre el libro en sí. No planteas ninguna que permita dialogar y compartir opiniones sobre aspectos connotativos: juzgar la actitud de algún personajes, empatizar con ellos, plantearse qué hubieran hecho ellos en esa situación, explicar el por qué y las posibles consecuencias de una acción, etc.
ResponderEliminarAdemás, cada una de esas cuatro sesiones (como te comenté en diciembre) deben terminar planteándose hipótesis de lo que sucederá en las páginas que van a leerse para la siguiente sesión.